Financiación del activo a largo plazo

Cuando nos disponemos a adquirir un elemento del inmovilizado, sobre todo, en lo que se refiere a inmovilizado material, a menudo nos surge

Cuando nos disponemos a adquirir un elemento del inmovilizado, sobre todo, en lo que se refiere a inmovilizado material, a menudo nos surge la duda sobre si comprarlo, con o sin financiación ajena, y si lo queremos con financiación, si lo hacemos mediante una compra apalancada, un leasing o si lo alquilamos mediante un contrato de renting. ¿Cuál es la mejor alternativa? La respuesta es… depende de cada caso.

Aquí te proponemos una serie de alternativas y sus principales implicaciones contables, financieras, fiscales y de otras índoles:

1. Compra del bien

Para mantener un equilibrio financiero adecuado, lo más recomendable es financiar las compras de inmovilizado, salvo que tengamos excedentes de tesorería ociosos recurrentemente, o que el coste de la financiación ajena sea superior al coste de la financiación propia, cosa que raramente ocurrirá. No obstante, rara vez una entidad financiera va a financiar el 100% del coste de adquisición de un inmovilizado, así como los impuestos indirectos recuperables (IVA), por lo que, una compra con adquisición en propiedad, financiada tiene una implicación en la tesorería por lo que supone el desembolso inicial.

La ventaja fundamental de la compra es la adquisición de la propiedad del elemento del inmovilizado, lo que te da una mayor libertad para enajenar el bien, salvo que exista una hipoteca sobre el mismo. Por otra parte, a efectos de financiación bancaria, suele ser también la opción más económica en cuanto a tipos de interés, si bien esto no es una verdad absoluta.

La compra se irá llevando cada año a resultados vía amortización, según los criterios contable y fiscalmente aceptados (dependerá del tipo de bien, pero en PYMES no industriales, se suele recurrir a las tablas contables). Como veremos con el renting, hay una diferencia, pues en muchas operaciones de valoración de empresas, de análisis económico y de ratios para entidades financieras, se mira el EBITDA, y la amortización queda fuera, cosa que con el renting no pasa.

2. LEASING o ARRENDAMIENTO FINANCIERO.

Esta alternativa, a efectos de la contabilidad del elemento es igual que la anterior, en cuanto que irá al Inmovilizado Material, en su epígrafe correspondiente. Consiste en una operación en la que la entidad de Leasing (una entidad financiera autorizada) es la que adquiere la propiedad del bien, arrendándolo por un precio mensual a la empresa, que consiste en las cuotas de amortización más intereses resultantes de la financiación, más el IVA correspondiente, quedando al final una cuota correspondiente a la opción de compra del bien que, normalmente, será igual o muy similar a las cuotas anteriores.

En definitiva, es muy similar a la opción anterior, pero tiene las siguientes ventajas:

  1. Se financia el 100%, incluyendo el IVA, que se va pagando en cada cuota mensual.
  2. Fiscalmente tiene la ventaja de que se puede aplicar amortización acelerada, hasta el doble de la amortización en tablas. Eso sí, con el límite de la cuota de amortización anual.

La principal desventaja del Leasing respecto a la compra, es que, salvo que se pacten condiciones flexibles, te deja menor libertad para vender, dar de baja, etc. el bien adquirido, al no ser realmente de tu propiedad hasta ejercitar la opción de compra. El precio suele ser algo mayor que el de un préstamo normal.

A efectos de solicitar más financiación, al ser financiación ofrecida por entidades financieras, como en el caso anterior, consume CIRBE, si bien se suele ver con mejores ojos, al ser una financiación unida a un elemento concreto, lo que ofrece una mayor garantía.

3. RENTING O ARRENDAMIENTO OPERATIVO.

Esta es una alternativa que suele ser muy aceptada a la hora de adquirir elementos de inmovilizado como vehículos o equipamiento informático, teléfonos móviles, etc., pues además de la adquisición, suele llevar aparejada una serie de servicios como el mantenimiento, seguros y el seguimiento de dichos elementos a la hora de la renovación de dichos elementos. Suele ser algo más caro, si lo comparas con las alternativas anteriores, entre otras cosas porque no te quedas el bien al final del contrato y no puedes, bien prolongar su uso si está en buen estado, o venderlo aprovechando el valor residual del mismo.

A efectos contables, no se clasifica como un elemento de inmovilizado, ya que no se adquiere en ningún caso la propiedad del bien (en el Leasing, si bien también es mercantilmente un arrendamiento, se incorpora al inmovilizado porque se da por hecha la ejecución de la opción de compra). Por tanto, las cuotas mensuales son gastos por arrendamientos, dentro de los gastos por servicios exteriores, deducibles fiscalmente.

Las principales ventajas del Renting estriban en las facilidades que suelen llevar aparejadas a la hora de la gestión y el mantenimiento (por ejemplo, en los vehículos, suelen incluir las revisiones, cambios de neumáticos, seguros… en ordenadores, la gestión de la renovación de equipos, mantenimiento, puesta en marcha, etc.).

Otra ventaja del renting es que, al no ser una operación financiada por una entidad financiera, no consume CIRBE.

Finalmente, la deducibilidad de las cuotas. Los elementos de inmovilizado activados, a menudo se deducen a una velocidad distinta a la que se pagan, mientras que en el renting te vas deduciendo a medida que vas pagando cada mes. Esto será una ventaja o una desventaja, según el caso.

Las desventajas son, las comentadas del precio, que suele ser más caro y, en determinadas ocasiones, pueden producir una sensación de menor valor de una empresa, al mermar el EBITDA y también el volumen de Activos al no reflejarse en el inmovilizado.

Por último, nos gustaría comentar una opción de financiación a largo plazo poco utilizada, pero que puede resultar muy interesante ante una situación de falta de liquidez, o en momentos en que resulte conveniente una reorganización de las deudas para reequilibrar balances. Dicha opción es el:

4. SALE AND LEASE BACK.

El Sale and Lease Back consiste en la venta a una entidad financiera de un bien del Inmovilizado Material (lo más habitual es que sean bienes inmuebles, pero también pueden ser otro tipo de bienes, como maquinaria industrial, por ejemplo) para, inmediatamente, adquirirlo mediante una operación de Leasing, exactamente igual que hemos indicado antes. Es una forma, por tanto, de obtener liquidez gracias a tu inmovilizado, manteniendo el derecho de uso de los bienes. Por tanto, tampoco se produce una merma en el patrimonio, al no tener efectos sobre tu activo, dado que el bien se mantiene en el inmovilizado.

A efectos de amortización del bien, no se modifican las tablas y sigues amortizando el elemento al mismo ritmo que lo estabas haciendo.

En caso de que la venta se produzca por un importe superior al valor neto contable, no se produce un beneficio, como en una venta normal, sino que se reducirá contablemente la carga financiera (mejora, por tanto, el resultado financiero).

Como siempre, esperamos que os sea de utilidad este conocimiento. 🤓

Recordad que podéis contactar con nosotros a través de hola@tbig.es, estaremos encantados de ayudaros. #estovadepersonas 🤝

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